El Vierru
Realizada el 22-12-2018
Track de la ruta:
El año pasado no nos pudimos acercar, pero este año si, a subir a la Majada del Vierru, a brincar con Manolo, un pastor de Picos de Europa que todavía queda arriba todo el año. Son dos hermanos Fernando y Manolo, esta vez solo está Manolo, Fernando baja a Arenas de Cabrales algún mes al año.
Invitados por nuestros amigos asturianos nos acercamos a Arenas de Cabrales para realizar esta ruta, y la subida no la realizamos por la pista por donde bajaremos sino por el cauce del río a disfrutar de dos cascadas, la Cascada del Escobiu y el Salto del Caleyu.
Entre Arenas de Cabrales y Panes aparcamos los coches
Vamos siguiendo el cauce del río
A veces el camino se estrecha
Tuvimos un continuo atravesar el cauce
Llegamos a la Cascada del Escobiu, que tiene un paso aéreo
Cascada del Escobiu
Hay un cable para facilitar el paso
Pasamos con cuidado
Mirada atrás de la Cascada y por donde bajamos
Continuamos por el cauce del río
Se abre el cauce
Llegando al Salto del Caleyu, ya lo vemos de lejos
Toca destrepar
Salto El Caleyu
Foto de grupo
Continuamos por el cauce
Dejamos el cauce y nos desviamos a la derecha para coger altura y llegar a una pista
Ya en la pista. La Majada del Vierru se encuentra en aquella collada, todavía nos queda camino
Continuamos por la pista
Atravesamos un hayedo
Llegamos a un argayo, se ha derrumbado una parte importante de la montaña
Tenemos que atravesar el argayo
Una vez atravesado el Argayo volvemos al camino
Toca coger altura, miramos atrás al argayo
Hemos cogido altura y ya estamos próximos a la Majada del Vierru
Primeras construcciones del Vierru
Arriba se encuentra la Casa de Manolo
Al llegar a la collada al fondo vemos el Vigueras
Mirada atrás de donde venimos
Llegando a la casa de Manolo
Manolo nos preparó café para todos
Brindamos con vino y cava
Brindamos con Manolo
Nos despedimos de Manolo
Comenzamos a descender, esta vez volveremos por la pista
Atravesamos de nuevo el Argayo
Y llegamos a la pista
Bajamos a la carretera, nos toca recorrer unos kilómetros hasta el coche
La Luna estaba espléndida